Nuestra historia
Este proyecto nace de nuestra propia experiencia:

Siendo la hija menor de 12 hermanos, no alcancé a conocer a mi padre joven. Cuando yo era adolescente, él enfermó y estuvo largos años en cama, tiempo en que pude conocerlo aún más a través de sus historias y anécdotas de vida. Hace seis años falleció y, un día, conversando con Karen sobre el valioso legado que él había dejado en mi familia, tomamos conciencia de la importancia de escribir las memorias, pues ninguno de los que le sobrevivimos podemos contar su historia de vida como él lo hacía. Ahora que ya no puedo escuchar su voz comprendo que la posibilidad de leer la huella escrita de quienes amamos constituye un tesoro de valor inconmensurable para sus seres queridos y para las futuras generaciones. Así surgió ¿Y si te cuento mi historia?
Socia fundadora
Al tiempo de sembrada la idea fui yo quien comenzó a hacer una especie de “plan piloto” con mi abuela. Las tardes que pasé con ella fueron muy entretenidas; increíblemente no recordaba cosas simples, como qué había almorzado ese día, pero si le preguntaba por el día de su matrimonio, o por el nacimiento de su primer hijo, o esa época en que cantaba en la radio sin permiso de su padre, sus ojos se fijaban y cada detalle venía al presente como si estuviera nuevamente viviendo ese momento. Todo esto me llevó a tomar la determinación de que este proyecto realmente valía la pena. Es necesario rescatar estas memorias, para que nuestras futuras generaciones sepan no solo nuestro nombre, sino quiénes fuimos. Así, ellos podrán valorar y entender de una manera más profunda el significado de “familia”.
Socia fundadora
